Una vez el bebé descubre que puede sostenerse sobre sus manos y las rodillas, despegando su tripa del suelo, emprende un nuevo camino hacia lo desconocido. Para que esta forma de desplazamiento aparezca de manera armónica, primero debemos respetar y esperar la aparición del volteo, el arrastrado y la sedestación, sin necesidad de forzar posturas para las que aún no está preparado.
A veces no ocurre así, nos alarmamos porque el gateo no surge de manera espontánea en el momento en el que lo esperamos o deseamos. ¿Qué podemos hacer? Debemos dejar que los bebés hagan “VIDA EN EL SUELO”, enriqueciéndolo con objetos y actividades atractivas para sus sentidos, acompañados siempre por el adulto que con afecto le invita a explorar.
Con el paso del tiempo, el gateo irá madurando poco a poco, volviéndose más coordinado, produciéndose importantes cambios a nivel muscular en las zonas de los glúteos, la articulación de la cadera, los muslos y la columna vertebral en la región lumbar. Todo este “entrenamiento” prepara al bebé para la siguiente etapa en la que un día, sin ningún tipo de apoyo y tras varios intentos, se lanzará a dar sus primeros pasos. Entre los numerosos beneficios del gateo, está demostrado que favorece la creación de rutas de información, el desarrollo del sistema vestibular y propioceptivo, posibilita el correcto enfoque visual, crea independencia y también prudencia. En definitiva, le estaremos ofreciendo grandes oportunidades de conocimiento y crecimiento, no sólo corporal sino cognitivo, psicológico y sensorial.
Para ayudar a la adquisición de este importante hito en el desarrollo del bebé, en DreamForest organizamos nuestros Talleres de Gateo, en el que papás y bebés avanzarán juntos. Infórmate en nuestra web www.dreamforest.es o a través de nuestro Facebook.
Patricia González Portero.
Logopeda y especialista en Psicomotricidad Educativa y Terapéutica.
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